martes, 31 de enero de 2012

Tocado y hundido

La deriva política de Foro Asturias y de su líder me recuerda al Costa Concordia; ni el capitán ni la tripulación estaban preparados para las emergencias.

El señor Álvarez Cascos pretendió pilotar un proyecto electoral en Asturias hace un año, pero fracasó y tuvo para poder navegar en las procelosas aguas de la política, que botar un barco muy aparente pero poco marinero, aunque la campaña publicitaria para buscar clientes tenía su tirón. Lo malo es que la travesía que iba a transcurrir por aguas tranquilas, con el capitán en un puesto destacado en tierra y el buque al mando del segundo de a bordo, se convirtió en una singladura complicada, con obligaciones para responder de lo contenido en el folleto que no se correspondía con la realidad (la del mar y la del barco). Es cierto que el capitán disimulaba con galanura y discursos sonoros a la hora de la cena, pero la tripulación -un grupo de novatos desnortados sin opinión ni personalidad- asumía sin discutir las órdenes de un ególatra sin ninguna mano izquierda, capacidad de escuchar y espíritu de diálogo. Todavía a punto de que el barco chocase con el fondo de la realidad, una de las oficiales y el sobrecargo, informaban de algunos problemas sin importancia. Pero el capitán ya planeaba su propia evacuación. Eso sí, tras el desastre, seguía afirmando con vehemencia que la culpa no era suya.

Ahora, tras el tocado y hundido, lo que me preocupa son los daños colaterales que esta singladura caótica ha causado y va a causar.

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