jueves, 27 de marzo de 2014

Nuestro hombre en Europa

En estado de profundo estupor, me ha dejado la noticia de la candidatura por Foro a las elecciones europeas, del que fuera Viceconsejero de Educación D. Argimiro Rodríguez.

No dudo del riguroso proceso de selección emprendido por don Francisco, en busca del candidato ideal, pero tengo mis dudas sobre el mismo; no sobre el proceso, que estoy segura controló de principio a fin, sino por la persona que asume el reto de ser el rostro de Foro en Europa.

Es cierto que don Argimiro es un hombre bregado en las lides políticas y un experto escalador en las ascensiones rápidas, aunque algún error del jefe de la cordada, le ha pillado con el pie cambiado; pero para ciertas tareas de detalle, le falta como dicen los italianos finezza. Quienes le han tratado a pie de obra, en sus labores previas a ser nombrado Viceconsejero de Educación, podrían poner numerosos ejemplos, todos caracterizados por no saber gestionar relaciones personales, no escuchar otras opiniones aparte de la suya, y tener una extraordinaria capacidad para encender y alimentar fuegos. De su breve paso por el edificio de la Plaza de España, ignoro el peso de su huella, pero sin duda la vuelta a la realidad de las aulas ha debido ser dura para el señor catedrático por la rapidez con que quiere abandonarlas. Es lo que tiene pasar de los despachos y de los consejos pomposos, a la dura tarea de educar, y más con los tiempos que corren. O lo que es lo mismo, pasar de la teoría rimbombante a la práctica diaria y trabajada.

Desde luego, Álvarez Cascos está encantado con su candidato europeo, y destacó su preparación en inglés para parlamentar, como si hablar un idioma a nivel de catedrático, concediera el sentido común y el savoir faire que dicen los franceses. Candidato, por otra parte, que por formas se asemeja bastante a su jefe de filas; ya lo dejó claro ayer al comparecer ante los medios: acusó a todo el mundo de inmovilistas y sólo le faltó decir que será la luz que ilumine Europa. Don Francisco debe estar meando colonia.


España ha tenido siempre unas relaciones complicadas con Europa, desde los Tercios de Flandes hasta el contubernio judeo masónico, pero no me parece muy ético enviarles como eurodiputado, si las urnas reparten suerte, a un émulo del Duque de Alba.  De todas formas, ya que la licenciatura de don Argimiro lo es en Filología Anglogermánica, siempre podría pegar la hebra con Angela Merkel y venderle el maravilloso bálsamo de Fierabrás que tanto publicita esa entelequia que es Foro.

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