viernes, 16 de agosto de 2013

Música con cascos

                                                          
Soy de naturaleza delicada –la flor de la maravilla dice mi madre- y mucho me temo que he pillado algo contagioso: en ocasiones oigo tangos. Cómo el otro día estuve de paseo por el muro de Gijón, he pensado que quizás me ocurre lo que al ilustre Concejal de Educación y Cultura, el señor Carlos Rubiera, que en cuanto camina un poco, le sale una composición fané y descangayada.

Los primeros síntomas comenzaron con la comparecencia del Sr. Rajoy en el Congreso; eran unos compases familiares pero a los que no conseguía dar forma…La cosa se agravó con la mala memoria del señor Arenas y, el testimonio del señor Álvarez Cascos fue la puntilla; mientras me preguntaba cómo alguien al que llamaban el General Secretario, también acudía a la desmemoria o echaba la culpa a los subordinados, escuché con claridad: …hoy resulta que es lo mismo, ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador…  El lavado de manos de Dolores de Cospedal, aumentó el volumen de la voz arrastrá que cantaba aquello de… no hay aplazaos, ni escalafón, los inmorales nos han igualao… Cuando llamé al médico, Gardel entonaba a mi lado… que falta de respeto, que atropello a la razón, cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón; y cuando el doctor me preguntó que me pasaba, Carlitos y yo íbamos por… el que no llora no mama y el que no afana es un gil… Se presentó enseguida y dejó que me desahogara canturreando lo de… no pienses más, sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao. Es lo mismo el que labura, noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley….

Mi médico me ha recomendado descanso informativo y lecturas ligeras; de todas formas cuando se iba, ha sonreído con aire misterioso y ha dicho, “ánimo, nadie tiene la memoria suficiente para mentir siempre con éxito”. No sé si he superado la enfermedad, pero en todo caso espero que la próxima vez que vaya al baño –el mismo lugar en el que al Concejal Rubiera le salen muñeiras- Elvis me rodee la cintura y entone para mí El rock de la cárcel; sería un buen presagio.



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